El Museo de la Inquisición en Garganta la Olla, fue construido en el siglo XVII. Ubicado en la Calle Toril, que sale a la izquierda de la Plaza Diez de Mayo. Este edificio fue utilizado por el tribunal, durante 228 años aproximadamente.

La Inquisición Española comienza con una bula, que concede el Papa Sixto IV a los Reyes Católicos en el año 1478. Esta es abolida por un decreto de las Cortes de Cádiz en el año 1834.

En la columna granítica que sostiene el amplio porche, donde se sitúa la puerta de la entrada, podemos ver una inscripción. En la base de dicha columna apreciamos que ha sufrido alguna remodelación, ya que según el texto fue la base de una cruz.

«Esta cruz (ésta el signo de la cruz) se hizo siendo capitán Iván Muñoz, oficial del santo oficio y familiar Rafael Martín, en el año 1606».

Aunque las iniciales S.F. no corresponden al significado de S.O. (Santo Oficio), puede deberse a un error en el texto que se entregó al picapedrero, o por asimilación de la «o» conforme a la pronunciación en esta zona. Cuando una palabra termina con la misma vocal, con la que empieza la siguiente, esta se anula. Por lo que se escribía «Santo Ficio», en lugar de Santo Oficio.

El edificio ha estado siempre habitado en la parte superior. Disponía de dos cocinas, dos salones para comer y varias habitaciones para dormir. Una vez dentro podrás ver utensilios y enseres de la vida cotidiana, de los habitantes de la localidad, como agricultores, ganaderos y comerciantes, por ejemplo una cocina tradicional verata, con los enseres típicos de la matanza. En la sala adyacente se encuentra el calabozo. En la segunda planta, está el balcón donde se colgaba al preso. Justo al lado se encuentra la sala de tortura con utensilios y máquinas propios para el sufrimiento de los interrogados, como la Garrucha, Potros, Guillotina, Garrote Vil, Dama de Hierro y muchos más.

La superficie aproximada del edificio destinado a las visitas es de 265 m². Su arquitectura se mantiene prácticamente intacta desde que fue construido en el siglo XVII.