EXPLORA EL

MIRADOR DE LA SERRANA

SIGLO XXI

Ubicación

Carretera a Cuacos EX-391 , 10412 Garganta la Olla

El Mirador de la Serrana se encuentra en la carretera paisajística, que une Garganta la Olla con el Monasterio de Yuste, como a dos kilómetros del pueblo. Otra ruta alternativa, sería subir andando desde el Puente a Cuacos, por un sendero que sale a la izquierda del puente.

Goza de unas vistas panorámicas envidiables, donde vemos el descenso de la Sierra de Tormantos, con una gran diversidad de cultivos y bosques, que nos ofrecen un paisaje precioso en cualquier época del año. En primavera disfrutaremos con la estampa del cerezo en flor, mientras que en otoño nos enamoraremos con su gran abanico de colores. Al llegar al valle nos encontramos el pueblo de Garganta la Olla, con una composición homogénea y a la misma altura todas las viviendas, donde solo destaca la Torre de la Iglesia San Lorenzo, que se alza 30 metros por encima de ellas. A los pies del municipio apreciamos el cauce de la Garganta Mayor, que bordea al pueblo en su descenso desde su nacimiento en la sierra.

En el mirador tenemos un banco de madera a la sombra de un árbol, para sentarnos a disfrutar de tan bella panorámica. En 2005 el Ayuntamiento y con la colaboración de la Asociación de vecinos de Garganta la Olla, encargan una escultura de bronce al escultor Evaristo García, natural del Jerte. Una bella mujer con vestimenta de cazadora, una larga trenza de pelo y portando una ballesta, que representa a La Serrana de La Vera.

Diversos documentos y estudios sitúan a Isabel de Carvajal como la Serrana de la Vera. Esta iba a casarse con un sobrino del obispo de Plasencia; sin embargo, este hecho comprometía su carrera eclesiástica, y en el último momento la abandonó, condenando a Isabel y a su familia a la deshonra eterna. Desde aquel momento, y como venganza, Isabel abandonó su hogar y se lanzó a la sierra, donde repudió a todo hombre. Convencía a los serranillos que se encontraba, para llevarlos a su cueva, en la que después de gozarlos los mataba. Cabe reseñar que en conmemoración a las víctimas que murieron a manos de la Serrana de la Vera, se erigió una cruz en lo alto de la torre de Garganta la Olla. Además, también en esta localidad, puede verse la casa de la familia Carvajal, donde vivió la Serrana hasta el momento de su deshonra.

 

Romance de la Serrana de la Vera

En Garganta de la Olla,
siete leguas de Plasencia,
habitaba una serrana
alta, rubia y sandunguera.
Con vara y media de pecho,
cuarta y media de muñeca,
con una trenza en el pelo
que a los zancajos le llega.
A uso de cazadora,
gasta falda a media pierna,
en la cintura correa
y en el hombro, la ballesta.
Cuando tiene gana de agua,
se baja pa la ribera,
cuando tiene gana de hombre
se sube a las altas peñas.
Pasa uno, pasan dos:
No ha pasado el que ella quiera.
Ha pasado un serranillo,
con una carga de leña,
y le agarró de la mano
para llevarle a su cueva.
No le lleva por caminos,
ni tampoco por veredas,
le lleva por altos montes
por donde nadie le vea.
Ya llegaron a la cueva,
le mandó cerrar la puerta,
y el serrano, muy astuto,
la dejó un poco entreabierta.

Al entrar en su escondrijo,
vio un montón de calaveras,
de hombres que había matado
aquella terrible fiera.
¡Tú alégrate, serranillo,
buena noche nos espera!
De conejos y perdices
le guisó una rica cena.
Bebe, serranillo, bebe,
agua de esa calavera,
que puede ser que algún día
otros, de la tuya beban.
Dime, serranillo, dime :
-¿sabes tocar la vihuela?
– Sí señora, si lo sé
y el rabel, si lo tuviera.
Tú tocarás el rabel.
Yo tocaré la vihuela.
Pensó dormir al serrano
y el serrano durmió a ella.
Apenas la vio dormida
salió corriendo hacia fuera;
pero pronto despertó
aquella maldita fiera.
Mucho rato va corriendo
sin atrás volver cabeza
pero cuando la volvió
como si no la volviera.

Vio de venir la serrana
saltando de piedra en piedra,

con una honda en la mano,
bramando como una fiera.
Puso una china en la honda
que pesaba arroba y media,
y con la fuerza que lleva
le ha quitado la montera.
Vuelve, serranillo, vuelve,
vuelve atrás por la montera,
que es de paño rico y fino ,
y no es razón que se pierda.
Si es de paño rico y fino,
así se estila en mi tierra;
mis padres me compran otra
y si no, me estoy sin ella.
Por Dios te pido, serrano,
que no descubras mi cueva;
que si acaso la descubres
puede ser que en ella mueras.
Que tu padre fue pastor,
Que tu madre fue una yegua,
Que tu padre comía pan,
Que tu madre comía hierba.
Tu padre será el caballo,
Tu madre será la yegua
Y tú serás el potrillo
que relinche por la sierra.

Mirador de La Serrana

Tenemos dos opciones para ir al Mirador de la Serrana, por la Carretera a Cuacos EX-391, a unos 2 kilómetros de la localidad. La otra opción, sería subir desde el Puente a Cuacos por un camino que sale a la izquierda y tiene una longitud de unos 500 metros aproximados.

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